No hay peor ciego que el que no quiere ver: ¿Presos políticos o “políticos” presos?

Seguramente así titularía Fidel a esta “reflexión”, o más bien “respuesta” al enfoque dado a criterios (amplificados por El Nuevo Herald el 2 de junio de 2011) provenientes de declaraciones de la organización “Human Rights Watch” (Supervisión de los Derechos Humanos, en inglés) y del “Grupo de Estudios sobre Cuba” respecto a la sanción por tribunales cubanos de seis ciudadanos por su mal comportamiento social, y no, como se pretende hacer ver, “por sus ideas políticas”.
El “Grupo de Estudios sobre Cuba” condenó en un comunicado “la continúa represión por parte del régimen cubano de activistas de derechos humanos y democracia pacifistas” según promocionó El Nuevo Herald.
¿A caso a un ciudadano que en los EEUU quema la Bandera o insulta al Presidente, por ejemplo,  se le da como premio un puesto en el Congreso? ¿Hay algún país del mundo en el que se convierta en parlamentario o presidente a una persona que desacata a las autoridades, o ofende los símbolos patrios?
¿A caso no es más que la excepción, casi la regla, que después de cada generación de presidentes en Latino América, alguno de ellos sea llevado a los tribunales acusado de algún delito? ¿Se cuestiona la democracia por ello?
La condición de “activista de derechos humanos y democracia pacifistas” o de “político” de un ciudadano, no lo exime del deber de tener un buen comportamiento social, sino que todo lo contrario: quien pretende ser líder de una parte del pueblo debe ser ejemplo de comportamiento correcto, respeto a la ley y a las autoridades.
O si no, ¿cómo podría entonces pretender alguien ejercer el gobierno o una autoridad pública si ha practicado o promovido el irrespeto a las instituciones y autoridades?
Si no es mediante el respeto a las instituciones y autoridades del estado y del gobierno, ¿como gobernaría en su momento?: ¿mediante la violencia (aunque sea verbal), acaso?
La prensa pro-derecha está haciendo un uso cuestionable del termino “pacifista”. Llaman “pacifistas” a personas que en muchas ocasiones practican la violencia verbal, el insulto, la provocación. Los llaman pacifistas solo porque no usan armas blancas o de fuego. Pero hay muchas formas de guerra, no son solo la forma convencional, ese término no está bien empleado, sino que es una manipulación de la prensa.
A la vez, llamando así a quienes no lo merecen, empañan la imagen de quienes en verdad hacen uso de los correctos métodos para la crítica y la lucha social, dificultando el progreso de sus esfuerzos.
Ellos hacen un uso cuestionable de grandes posibilidades de influencia sobre la opinión pública quieren satanizar a la Revolución cubana, criticando hasta la preservación del orden público.
Si alguien pretende impulsar el desarrollo social mediante la crítica, lo cual es válido, e incurre en delitos, debería pedir perdón al pueblo y a sus seguidores por haber manchado su causa política con delitos injustificables.
Habría que decirle al “Grupo de Estudio sobre Cuba”, o a El Nuevo Herald que lo publicita: “¡Yeyo, Compadre!”
¡Esas personas no son “presos políticos” sino “políticos” presos!


Ciro Pedro A de Posse Y León
Jefe de Despacho
JEDE República de Las Antillas

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