Orden “José Martí” al Gran Duque Enrique de Luxemburgo: Una proposición necesaria.
Ciro Pedro A de Posse Y León. Vocero del JEDE. República de
Las Antillas.
La Habana, 14 de febrero de 2015. Andrés Amian Gómez,
príncipe de Yáh-shua (Jesucristo) y siervo de Iáue (Dios) felicitó hoy, en
ocasión del día de los enamorados y de su aniversario 34 de bodas, a Su Alteza
Real el Gran Duque Enrique de Luxemburgo, mediante un Email enviado a la
Embajada de Holanda, por haber escogido, amado y protegido a Maria Teresa de
Cuba y dignificarla como Gran Duquesa de Luxemburgo.
Cuando se proclamó la República de Las Antillas, Luxemburgo envió
al vice primer ministro con un mensaje esperanzador para el pueblo cubano:
‘El Gran Ducado de Luxemburgo es
un país de la Unión Europea que está interesado en el diálogo político con Cuba
y en ayudar a la normalización de las relaciones bilaterales.’
Sobre la actitud y hazaña del Gran Duque Enrique de
Luxemburgo, Andrés Amian Gómez, Jefe de Estados (JEDE) y continuador de José
Martí, quien fundó la República de Las Antillas como insurrecto en los campos
cubanos en abril y mayo de 1895, ha dicho que su experiencia es comparable a la
de Jesús de Nazaret al ver a Natanaél (la Biblia nos narra Juan 1:47):
47 Jesús vio a Natanael
venir hacia él y dijo de él: “Mira, un israelita verdadero, en quien no hay
engaño”.
El Presidente del Presidium del Soviet Supremo de la Unión
Soviética, Mijail Gorvashov, no aceptó la Orden “José Martí”, que el Consejo de
Estado de la República de Cuba pretendió imponerle en ocasión de su visita a La
Habana y –según la versión de Felipe Días Acosta- dijo:
‘El hecho de que la
orden me sea impuesta no significa que sea digno de recibirla.’
Felipe Días Acosta, un católico militante comprometido con
la Catedral de La Habana, considera que Gorvashov ‘no sabía quien fue José
Martí, porque de haberlo comprendido la abría aceptado porque eso le daba
mérito’.
Pero Gómez ahora cree que la historia demostró que Gorvashov
tenía razón en considerarse indigno de aquella condecoración como presidente
del país que tanto había ayudado al pueblo cubano durante largos años de
Revolución: por el sentido que presuponía y que él no honraría.
“Gorvashov profetizó de que no sería él quien seguiría como
Amigo del pueblo cubano, sino que debería esperarse por que Iáue, Dios
proveyera con alguien más. Y ha llegado el momento de verlo con claridad.”
Considera Gómez.
“Honrar, honra es
la máxima que nos enseñó El Más Universal de los Cubanos, y que las ciencias
modernas del pensamiento positivo han corroborado.” Expresó el también,
Secretario General y Delegado del Partido Revolucionario Cubano “José Martí”
organización en proselitismo religioso que logró ser autorizada por el Estado
cubano, para celebrar el pasado 10 de diciembre de 2014 el día internacional de
los Derechos Humanos, en un hecho sin presentes en los últimos 56 años en Cuba,
que impulsó el diálogo diplomático Cuba-EE.UU.
El acercamiento a la familia Gran Ducal de Luxemburgo fue
promovido por médico jubilado Dr. José Roberto Martínez ARGÜELLES, nuevo
parlamentario del Cuerpo de Consejo.
La iniciativa de distinguir al Gran Duque Enrique recibió ya
el respaldo de los parlamentarios René Joaquín Scull Gil y Vivian Odalis Morell
Hipólito y también la estudiante de secundaria de 13 años Cinthya Gómez González,
hija del JEDE, dio su consentimiento en su primera participación en la toma de
decisiones de Estado.
“Siempre estaré agradecida a los luxemburgueses porque,
desde el momento en que llegué, fueron muy amables conmigo. Me hicieron sentir,
enseguida, como en mi propia casa. Yo que nací en otro continente y viví en
tres países diferentes hasta que tuve 21 años. Fueron años en los que sentí que
no pertenecía a ningún lugar y necesitaba encontrar un país, y éste es uno
donde la gente me lleva, realmente, en su corazón.” Dijo la Gran Duquesa al
regreso de su luna de miel en Las Bahamas tras contraer matrimonio el 14 de
febrero de 1981, según un artículo de Jaime Peñafiel publicado por la sección
Crónica de “El Mundo” el 30 de junio de 2002.
“Él se enamoró de ella porque Dios lo iluminó para que viera
su calidad, lo cual ubica a Su Alteza Real en la sensibilidad del profeta Oseas
(Oseas 1:1-3), cuando escuchó la voz de Iáue que le decía que tomara a una
mujer llamada “Gómer”, porque a través de ella recuperaría al pueblo de Israel.
El Gran Duque Heredero, que era entonces, se despojó de su linaje y se hizo un
simple estudiante común al nivel de ella para tomarla por novia, siendo
obediente a la voz de Dios, lo cual lo ubica en la calidad de nuestro señor
Jesucristo, que se humilló desde su naturaleza divina para a ser el hijo del
Hombre y recuperar a las ovejas perdidas de Israel; pero, después, al ascender
a la nobleza, la trajo consigo, como Jesús de Nazaret hizo un lugar en los
cielos para su novia, la Iglesia; y le dio su propio nombre para que ella
tuviera dignidad, tal cual Jesucristo nos permitió orar al Padre en Su
santísimo Nombre, par que Iáue nos escuche como Hijos adoptivos. ¡Es algo
grandioso y trascendente lo que hizo el Gran Duque de Luxemburgo!” Dijo Andrés
Amian Gómez, profeta de Iáue, elogiando a Su Alteza Real de Luxemburgo.
“Ella es una mujer escogida por Dios para un rol histórico
excepcional, pero eso ha tardado 34 años, por lo tanto el valor que él tuvo de
escogerla y dignificarla es propio de un profeta bíblico y además del
reconocimiento y la gratitud del pueblo cubano.” Dijo Gómez, ávida cuenta de la
presión familiar y seguramente social que él tuvo que soportar para defenderla
y dignificarla como Gran Duquesa de Luxemburgo porque ella no tenía reconocido linaje
en la nobleza europea.
Tal cual había profetizado Iáue, a través de Oseas (Oseas
1:1-3), al tomar a la mujer de nombre Gómer, el Gran Duque se ha hecho el “rescatador”
de un pueblo entero, el cual ahora le ofrece hacer un pacto con él,
reconociendo que aquella mujer que parecía sin linaje, era en verdad una
princesa a la que su pueblo reconoce con la representatividad de haber firmado mediante
su matrimonio un pacto –aunque diferido- entre las naciones de Cuba y Luxemburgo.
El Reino de España ha reconocido que los apellidos
terminados en “ez” identifican a los judíos sefardíes que fueron expulsados de
España hace varios siglos.
En efecto, Maria Teresa tiene entre sus antepasados a varias
personas con apellidos terminados en “ez” como son: Laureano Falla GutiérrEZ,
Julia GonzálEZ de Mendosa y Pedroso, Lucas ÁlvarEZ Cerice, Francisco Mestre y
FernándEZ-Criado, así como Matilde Ramos-Almeida y GÓMEZ.
Por esto ella es candidata a ser considerada entre los
judíos sefardíes, y Gómez, que lleva la delantera en la legalización de “Nación
Israelí de Naturales de las Antillas y Ultramar”, está dispuesto a reconocerla
como “Princesa Israelí de Las Antillas y Ultramar” y “Princesa del Pueblo
Cubano” con lo cual le propone a la pareja Gran Ducal que renueven su
matrimonio en La Habana, posiblemente el año próximo o el siguiente, con lo
cual se sellaría un pacto entre naciones por la entrega de una princesa cubana
y antillana en matrimonio.
Andrés Amian Gómez, presidente de la primera república de
las redes sociales, ha iniciado ya las consultas al Cuerpo de Consejo (parlamento)
de la República de Las Antillas y piensa emitir un Decreto Federal No
Vinculante recomendando a los Estados participantes en la “Serie del Caribe”
(base ball) que sumen de sus propias distinciones los Grandes Duques de
Luxemburgo Enrique de Luxemburgo y Matia Teresa de Cuba:
12 Porque al que tiene,
más se le dará, y se le hará abundar; pero al que no tiene, hasta lo que tiene
le será quitado. (Mateo 13:12)
Gómez desea, además, proponer a la Comisión Nacional de
Nombres Geográficos que el territorio que actualmente ocupa la base naval de
Guantánamo sea rebautizado como “Pequeño ducado Luxemburgo de Enrique Oseas” y
que se use por nombre corriente “Nuevo Luxemburgo”, y en tal sentido solicita
al Gran Duque Enrique de Luxemburgo su consentimiento para hacer la proposición
de poner su nombre a un territorio cubano, tal cual hizo el presbítero Agustín
de Cisneros Hidalgo en julio de 1818 con Su Majestad Fernando VII, rey de
España, respecto a los terrenos que él cedía para la construcción de una ciudad
al norte de la actual provincia de Las Tunas.
Presidente de Las Antillas, Andrés Amian Gómez, propone que
al Gran Duque Enrique de Luxemburgo le sea impuesta la Orden “José Martí” para
que sea dignificado por el Estado cubano y que su hazaña de honrar por amor le sea
recompensada con honra y además sea convertida en legenda popular recordada por
los siglos de los siglos, Amén.
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