Tiempo y Clima obedecen a Jehová.

“La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar, pensar y hablar sin hipocresía.”
José Martí

Nota de Prensa.
Lunes, 21 de Marzo de 2011. El periódico Granma en su sección “Ciencia y Tecnología” (contraportada) del sábado 19 de marzo de 2011 publicó un artículo de Orfilio Peláez denominado: “Tiempo o Clima” en el cual dan una explicación científica y ateísta de los fenómenos climáticos y ambientales tales como el efecto invernadero, que significan cambios en las condiciones medias de la atmósfera, o sea del “clima” y los fenómenos puntuales como los recientes terremotos en Chile, Haití o Japón, así como el tsunami en este último que constituyen variaciones del “tiempo”. Para el artículo fue consultado el prestigioso Profesor Ramón Pérez, Doctor en Ciencias Geográficas.
El artículo plantea:
La historia registra innumerables referencias de torrenciales lluvias, sequías y otros fenómenos que diezmaron antiguos grupos de poblaciones asentados en Mesopotamia, China, Egipto y la India, cuya ocurrencia era asociada a la supuesta “ira” de los dioses. (fin de la cita).
Esta declaración está en la base del credo ateísta, ya que es el ateísmo el que se basa en una creencia (y no en bases objetivas) y no las religiones.
El llamado “ateísmo científico” surge como la proyección del pensamiento de Karl Marx (contemporáneos y seguidores) hacia el tema religioso que era un punto fundamental en la filosofía clásica alemana.
Hegel, su mayor exponente, le daba a la “Idea Absoluta” (su categoría filosófica para que lo que casi todo el mundo llama Dios), un rol central en su sistema filosófico, pero no parecía estar argumentado en la experiencia, sino que era un desarrollo ‘intelectual puro’, ‘filosófico-idealista’.
Al contestar a la construcción filosófica de Hegel, Carlos Marx, basa sus concepciones filosóficas en los reportes científicos que eran moda a finales del siglo XIX (y principios del siglo XX, para los trabajos de Lenin) los cuales están altamente marcados por los temas relacionados por la llamada “Crisis de la Física” la cual dio origen a la Teoría Especial de de Relatividad (de Albert Einstein, también alemán) y la Mecánica Cuántica (un poco más adelante, hacia los años 20 del siglo XX).
Ya se había obtenido grandes logros explicando los fenómenos del Electromagnetismo, en particular los efectos de los imanes, que eran considerados por muchos (fundamentalmente expositores de feria) como “efectos espirituales” antes de haber sido sistematizados por la teoría electrodinámica de Maxwell (basada en los experimentos de Faraday).
También la imposibilidad del “móvil perpetuo” y el relacionado “principio de conservación de la energía” atacaban en el subconsciente la idea de que algo pudiera venir de Dios, ya que la energía estaba en los sistemas materiales, y solo se podía transformar energía de un tipo a otro, “nada provendría del más allá”.
El ateísmo científico, no se basa en la demostración de que Dios no existe. Eso nunca ha sido demostrado. (Ni puede serlo). El ateísmo científico se basa en la (supuesta) ausencia de pruebas de la existencia de Dios.
Los partidarios del ateísmo científico, alegan que creen en las cosas que la ciencia ha demostrado -por ejemplo, la existencia del electrón- y que no creen en Dios porque ‘no ha sido demostrada su existencia’.
Pero eso es un error. Y el llamado “ateísmo científico” no es un conocimiento científicamente fundamentado, sino una creencia que emana de un error lógico.
El hecho de que no haya sido demostrado que Dios existe, no constituye prueba de que Dios no existe.
Pero peor aún para los pocos partidarios que quedan de esta superstición (el ateísmo), en realidad la existencia de Dios ha sido más comprobada (demostrada) científicamente que la existencia del electrón o cualquier otra teoría científico materialista en particular.
Existen muchos, pero muchos más experimentos documentados (incluso con diseño experimental previo), análisis a posteriori de evidencias materiales o experiencias personales deliberadas que demuestran la existencia de Dios que las que pudieran imaginarse para demostrar que existe el electrón, por ejemplo.
Los que dicen que ‘la ciencia no ha demostrado la existencia de Dios’, se pueden clasificar –casi todos- en dos grupos de personas: aquellos que no han tenido la suerte de que un Testigo de Jehová les haya tocado la puerta, y aquellos que los han rechazado (tal vez, por algún tipo de prejuicio sobre sus posiciones personales de Fe).

Los Testigos de Jehová asumen un estilo de vida muy característico de auto-aislamiento o cierta separación social que resulta contraproducente. Cambian sus formas de vestir, formar pareja, enamorarse hacer amigos, entre otras normas sociales.
Pero ¿debemos negarnos a aprender de ellos, por eso?

Cabría preguntarse si los partidarios del ateísmo “científico” están dispuestos a pasarse 20 años de su vida dedicados a la investigación científica con un mismo objetivo como fue necesario por ejemplo para el descubrimiento de la estructura del ADN, tan popular hoy en los materiales televisivos del canal multivisión, por ejemplo.
¿Está usted dispuesto a pasarse 20 años de su vida para comprobar si el ADN tiene o no esa estructura?
La mayoría de los lectores, diría: “No, gracias, tengo mis propios planes y objetivos.”
Sin embargo, si le preguntamos: ¿Me permitiría usted que le muestre en un material audiovisual científico y agradable la explicación que demuestra que el ADN tiene esa forma de doble hélice que tantas veces ha visto?
La mayoría de los lectores diría: “Sí, si, claro, por favor. Será muy interesante y se lo agradeceré.”
De la misma manera en que no es necesario convertirse en científico para saber cuales son algunas de sus conclusiones más importantes de la ciencia, tampoco es necesario convertirse en “Testigo de Jehová”, para llegar a conocer parte del valioso arsenal de demostraciones científicas que esa comunidad atesora sobre la existencia de Dios.

Los Testigos de Jehová son un grupo extremista-fundamentalista, por cuyas excentricidades han sido rechazados en muchos países, inclusive en los EEUU donde surgieron y donde ahora tienen sus principales centros de desarrollo y producción.
En EEUU sus fundadores llegaron a ser encarcelados, también en Japón y en otros países capitalistas (para que no se asocie el asunto al socialismo o al marxismo).
Los dos puntos más ardidos de la teoría de los Testigos de Jehová es que no reconocen a ningún gobierno nacional, ya que supuestamente ellos solo reconocen el gobierno de Jehová, Dios; no obstante, en realidad tienen un gobierno propio (universal), el cual se denomina “El Esclavo Fiel y Discreto” que es una especie de Consejo (como decir el congreso de cualquiera país de gobierno parlamentario) encargado de percibir, interpretar y transmitir las orientaciones de Dios, basándose en la “legislación” que serían los escritos bíblicos.
Por supuesto, la Revolución cubana ha visto en los Testigos de Jehová un grupo “extraño” ya que el centralismo democrático (surgido durante el comunismo de guerra en la Rusia soviética hacia 1917) plantea que todos debemos hacer lo que decida la mayoría.
Mientras tanto ese grupo que enseña ‘la separación de todo gobierno nacional’ es visto como ‘ideológicamente hostil’, ya que de difundirse mucho su concepción limitarían la disposición combativa del pueblo cubano -frente a una eventual agresión extranjera contra el país- y eso haría vulnerable a la Revolución.


El otro punto “chocante” de los testigos de Jehová es que dejarían morir a sus hijos antes que ponerles una transfusión de sangre.
Dicho de esta manera suena “salvaje”, y hasta “criminal”.
Empero, si lo analizamos detenidamente, y sobre todo si tenemos claro que no tenemos quo convertirnos en Testigos de Jehová para estudiar su acervo cultural, dejaremos de hacerles tanto rechazo.
Lo primero que hay que tener claro es que existen alternativas a la transfusión de sangre.
Se pueden hacer transfusiones de plasma sanguíneo las cuales sí son aceptadas por los Testigos de Jehová y es lo que se hace con ellos en la mayoría de los países. Como no aceptan sangre, se les hacen las transfusiones de plasma, cuando es necesario.
En la ciudad de La Habana, existen dos Bancos de Sangre (en Guanabacoa y en el Vedado) que recopilan sistemáticamente donaciones de plasma sanguíneo, por lo que el país tendría disponibilidades para dar un tratamiento humanitario a estas personas, respetándoles su fe religiosa sin necesidad de estigmatizarlos por sus convicciones y opción de fe.

Por otra parte, nuestra historia está llena de ejemplos de personas que han preferido la muerte (propia o hasta de sus hijos) antes que traicionar sus “ideales” y su “deber”, que en última instancia no son más que elementos de la conciencia, elementos subjetivos de la misma naturaleza esencial que las “creencias” (o ‘convicciones’) religiosas.
En la historia de las luchas por la libertad de Cuba, resaltan los casos de Carlos Manuel de Céspedes que prefirió la muerte de su hijo antes que deponer las armas.
Está el caso de Mariana Grajales que hizo jurar a sus hijos ante la Virgen de la Caridad del Cobre que lucharían por la libertad de Cuba hasta la muerte.
La madre de el General Calixto García Iñiguez, le enseño que si se veía perdido reservara la última bala para que no cayera prisionero, porque un prisionero puede desmoralizar la tropa, ser victima de manipulaciones o incluso incurrir en la delación y sería preferible no someterse a la prueba.
Nuestro himno nacional exhorta: “No temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir.”
Toda nuestra historia está adornada de mujeres y hombres que han preferido la muerte a la traición. ¿Por qué nos extrañamos de que los Testigos de Jehová hagan lo mismo que los patriotas?
    
Es un problema de ‘dignidad’ que ha sido estigmatizado, e hiperbolizado e su supuesta negatividad. ¿Con cuanta frecuencia ha ocurrido que un hijo de Testigos de Jehová haya muerto en Cuba porque sus padres no hayan admitido una transfusión de sangre?
Han sido mucho más los casos de personas que después de haber estudiado con “Los Testigos” han abandonado ese grupo, que los que habrían dejado morir a sus hijos. De hecho, ¿ha ocurrido alguna vez en Cuba?
La política revolucionaria del ministerio de salud pública en Cuba no incluye la opción de ‘dejar morir a una persona por razones de fe’, de la misma manera que no incluye el supuesto “derecho” a la eutanasia.
Entonces, ¿por qué perdernos el manjar de aprender sobre las demostraciones científicas (o al menos sus intentos, para no ser parcializados) sobre la existencia de Dios, por asuntos de prejuicios fantasmagóricos?

A su vez los Testigos de Jehová son rechazados por el resto de las comunidades religiosas por su exclusivismo. Se niegan a aceptar el criterio general de que a Dios se le puede llamar de muchas maneras e insisten en que hay una sola manera correcta de llamarlo, Jehová, ya que plantean que dios es un cargo o condición pero que Jehová es su nombre propio. De hechos según ellos ‘hay muchos dioses’ y para practicar la religión verdadera hay que adorar al Dios verdadero que es Jehová, no otro, ni cualquiera.

Si renunciamos al requisito de hablar científicamente de Dios, pues se amplía grandemente la variedad de opciones para conocer sobre su existencia. Están todas las Iglesias evangélicas y la Católica, la “Asociación Cultural Yoruba de Cuba” y la Sociedad Espítirita, por solo mencionar algunas de la organizaciones registradas legalmente en Cuba.
Además tenemos los grupos esotéricos como la Sociedad Teosófica, la Orden Rosacruz, o la hermandad Masónica a la que pertenecieron Antonio Maceo y José Martí así como la de los “Caballeros de la Luz”.
Asta los Alcohólicos Anónimos dan fe de la existencia de Dios, dejando en un aislamiento cada vez mayor a los cada vez menos ateos que se auto engañan declarando que su ateismo está científicamente demostrado mientras cierran los ojos a la creciente cantidad de organizaciones sociales internacionales y nacionales y la cada vez más abundante literatura que sí demuestra científicamente (unas) o no tan científicamente (otras) que Dios sí existe, por solo hablar del asunto más trivial de los muchos que se debaten en las comunidades religiosas.

Ahora bien, uno de los principios de la ciencia es el principio de homogeneidad temporal. Este consiste en que lo que era verdad en el pasado es verdad en el presente y seguirá siendo verdad en el futuro.
Por lo tanto, si Dios existe y su existencia ha sido demostrada científicamente en el pasado, es demostrable en el presente también.
A su vez el principio de isotropía espacial se podría expresar diciendo que si Jehová ha demostrado ser Dios en el monte Sinaí, en Jerusalén y en el Baticano también podría demostrarlo en La Habana.
Ahora bien, toda demostración científica ha de contar de cuatro elementos:
a)      Una teoría que de razón de ser a la investigación, esbozando teóricamente las posibilidades y gestando un “problema científico” que es la definición precisa de qué se quiere comprobar;
b)      un diseño experimental que permita planificar el experimento de manera tal que los posibles resultados el experimento se puedan asociar (con un determinado grado de certeza) a una u otra respuesta posible al problema científico en cuestión;
c)      la realización del experimento en cuestión, para obtener datos de la realidad, de más allá de nuestra conciencia;
d)      y por último un exhaustivo análisis de los resultados que permitan interpretarlos en correspondencia con otros experimentos anteriores y la teoría que dio origen al diseño experimental, permitiendo llegar a conclusiones definitivas (o parciales) sobre el problema científico planteado.
Del análisis de los resultados, se puede realizar la proposición de nuevos experimentos a realizar para complementar en el esclarecimiento del problema científico dado o para pasar a ulteriores niveles de conocimiento esclareciendo, nuevos detalles que no constituían interrogantes al principio de la investigación pero que adquieren primer plano dado los resultados ya obtenidos.
¿Se puede aplicar esta metodología científica al problema de la existencia de Dios?
La respuesta es: ¡Sí, se puede!

No tenga miedo de poner a Jehová, Dios a prueba. Prepare bien sus experimento con aquella prueba razonable a cuyos resultados usted le pueda atribuir con claridad una conclusión sobre la existencia o no de Dios. Converse con él. Explíquele cual es la prueba que usted quiere hacer y cómo interpretará el resultado y qué es lo que Él debe hacer para que usted reconozca que Él existe y que es Dios sobre todos los seres, inclusive es dios sobre los orishas afrocubanos. No tema de ponerlo a prueba. Usted, amigo lector será el más beneficiado.

En efecto nos podemos comunicar con Dios. Todos lo hemos hecho en algún momento de nuestra vida, pero al pasar ese momento crítico en el que dicho “¡Ayúdame, Dios mío!” o hemos sentido una fuerza interior que nos alerta de un peligro o nos da una orientación sobre lo que nos conviene o no… después de ese momento, muchos hemos “regresado a la realidad” diciéndonos que fue “el nerviosismo del momento”, “el estrés” o “una idea que nos hicimos” y que lo bueno que nos pasó fue “una casualidad”.

De la posibilidad de comunicarnos espiritualmente con otras entidades no humanas (vivas) es de lo que se trata la espiritualidad fundamentalmente. Esta vivencia y practica personal es la “mística” mientras que la “religión” puede ser considerada como la organización social de la mística para un grupo más o menos grande de personas.
Nos podemos comunicar con muchas entidades no humanas.
En la comunicación persona-persona nos hablamos y nos oímos. También nos miramos, nos tocamos (tacto) o nos besamos (gusto) y también nos olemos (mucho más común en los animales que en los humanos) como las formas más comúnmente reconocidas de comunicación (no religiosa).
La experiencia común se basa en la relación sensorial, o sea a través de los órganos y sistemas de órganos (comúnmente) conocidos como órganos y sistemas de la comunicación como son la vista, el oído, el aparato y las capacidades fonación, el tacto y hasta el gusto (en el caso especial de los besos como sistema de comunicación afectiva).
Sin embargo, existen experiencias en las que cada uno de estos sistemas han participado en experiencias de comunicación con otras entidades que caen fuera del ámbito de la “realidad” según la tradición del “ateísmo científico” que aún domina los medios académicos y científico (casi solo) en Cuba, aunque ya desde el punto de vista político y legislativo se ha superado esa limitación.

Esto se debe a que la intelectualidad científico académica actual se formó entre los años 60 y 80 en la antigua URSS y los países del Sistema Socialista Mundial en los cuales se enseñaba el ateísmo científico como parte integrante de las ciencias sociales marxistas, (filosofía marxista, economía política marxista y “comunismo científico”).
Los principios del Comunismo Científico se enseñan actualmente en las universidades de forma menos dogmática bajo el concepto de “Teoría Sociopolítica” dado que la historia demostró que no era tan sencillo o lineal el paso del mundo del sistema capitalista al socialista como, en las universidades socialistas hasta los años 70,  se pregonaba que ocurría como una “verdad” científica.
Tanto Ignacio Agramontes como José Martí criticaron con firmeza las ideas del comunismo (socialismo) como teoría social.
Martí consideró que Carlos Marx ‘merecía respeto’ ‘porque se puso del lado de los pobres’, pero que estaba profundamente equivocado en su concepción de la revolución social, y advirtió –en su artículo “La futura esclavitud”- basándose en el análisis de ensayos sociales realizados en Inglaterra, que el intento de eliminar las diferencias de clases sociales solamente lograrían producir la inversión de la pirámide social, haciendo que pasaran las personas de menor calidad a las posiciones más altas de la sociedad.
Agramontes veían en el control absoluto del estado sobre la economía un peligro tan nefasto que expresó que sería preferible tener que lidiar con los abusos o excesos de poder de algún hacendado inconciente antes que enfrentar la devastación que produciría el control de la economía por parte del estado.
Porque no escuchamos la alertas de Martí y Agramoentes, hemos tenido que reconocer que ‘el más grave de los errores fue creer que alguien sabía de socialismo’ y que ‘ya no hay más tiempo para seguir bordeando el precipicio…’

No obstante la televisión (“Pasaje a los desconocido”) sigue dándole una preferencia desproporcionada (con la composición de fe en la población) a ateístas que son científicos que se formaron en el sistema de ciencia ateísta del antiguo Sistema Socialista Mundial, (o en sus ecos en la academia cubana) y son profesionales que -por su alta dedicación a la investigación científica y por la gran cantidad de información sistematizada con la que han nutrido su concepción ateísta- no logran despertar de su ignorancia porque no les es fácil acumular una cantidad suficiente de información específica sobre la Existencia de Dios que les permita salir de su error.

En la Obra de Carlos Castaneda esto se denomina el “diálogo interno” y el “hacer” planteando que la manera en la que ‘concebimos’, ‘decimos las cosas’ y en el ‘cómo nos preguntamos sobre los nuevos detalles que queremos abordar’, está implícita las restricciones que imponemos a las respuestas que podemos obtener de nuestra experiencia o de nuestros experimentos aún los científicos.
En la “Metodología de la Investigación” esto está ya bien establecido.
En la pregunta científica están determinadas las posibles respuestas que el “experimento” nos puede dar. El experimento no puede “decir” lo que quiera. Ha de responder sobre lo que se le pregunte, salvo escasas excepciones.
Si “le tapamos la boca” al experimento y solo le damos a escoger de dos opciones que tienen el mismo presupuesto ateísta, obtendremos una “respuesta experimental” que “confirmará” la misma hipótesis ateísta que nunca fue puesta en duda. Y tal vez salgamos diciendo que ‘la ciencia “ha demostrado” o “ha confirmado” que Dios no existe’.

También podría asumirse la presunción (solo en Cuba ya) de que ‘los científicos son los únicos ateístas porque son los que más saben’.
Sin embargo, la realidad parece estar más cerca de lo contrario. Los científicos en Cuba que  aún son ateístas, es precisamente porque son los que saben, de menos cosas. Con tantas limitaciones generales y carencias materiales la dedicación a su especialidad les impide muchas veces poderse informar de temas más amplios y diversos, con todo respeto.
 Tendrían que “parar el mundo” al decir que Carlos Castaneda, para que puedan comenzar a “ver” las cosas más imparcialmente y llegar a una visión equilibrada de la realidad antes de hacer un juicio (prejuiciado) e influir con sus criterios -privilegiados por el respaldo institucional ateísta- a los televidentes y lectores del periódico Granma.

En Cuba podría decirse que los ateos son los científicos, pero aún eso tampoco sería cierto, ya que hay muchos científicos importantes tanto en Cuba como fuera que no son ateístas, y ejemplo de ellos son los dos hombres que han sido considerados como los más grandes físicos de todos los tiempos: Sir Isaac Newton y Albert Einstein.
La obra cumbre de Newton “Principios Matemáticos de Filosofía Natural” era un tratado sobre cómo Dios había organizado el funcionamiento del mundo, y en especial de los cielos que eran considerado como un asunto muy divinos en su época.
Por su parte, Einstein también tenía profundas convicciones religiosas, a tal punto que cuando ya no tenía explicación racional para expresar su oposición a la teoría de la Mecánica Cuántica según la cual el mundo se describiría en términos de probabilidades, expresó (muy seriamente) que ‘Dios no jugaría a los dados’.
¿Acaso eran el británico Isaac Newton y el alemán Albert Einsten “primitivos” de las sociedades de Mesopotamia, China, Egipto o la India para atribuir a la “ira” de los dioses lo que la ciencia ‘no podría explicar’?
Como diría Taladrid: ¡Por favor, saque usted sus propias conclusiones!


En agosto de 2004 fue fundamentado ante la Sede Universitaria Municipal UH-CUJAE en San Miguel del Padrón el Proyecto de Fomento de Enfoques Cultos y Científicos de la Religión y los Temas Espirituales, el cual a partir del año 2006, en respuesta a las observaciones de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, pasó a denominarse Proyecto « Sol 2012 » Por un Mundo Mejor.
La propuesta original consistía en formalizar como un proyecto de extensión universitaria un trabajo que se había iniciado en la Facultad de Física de la Universidad de La Habana, hacia 1991, estudiando los temas de “bioenergía” y los formalismos físico-matemáticos necesarios para profundizar en la explicación científica de los efectos terapéuticos de la acupuntura y otras técnicas de Medicina Natural y Tradicional conocida en otros países como Medicina Alternativa y Complementaria (CAM, siglas en inglés).
La sistematización de estos trabajos dio como resultado la formulación de una serie de principios científicos para abordar estas temáticas de frontera, al cual se le llamó la “Biofísica Holistica” y que sería una nueva ciencia física en sí misma y la cual fue presentada en la Sociedad Cubana de Física hacia 2001 y en la Cátedra de Estudios ‘de la Complejidad’ del Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Cuba a partir entre 2002 y 2004.
Entre las áreas del conocimiento humano abordable con el nuevo instrumental metodológico está la relación del hombre como un todo con la naturaleza o con subconjuntos de ella como son los animales o entidades animistas o religiosas como es el caso de las oshas, base de los cultos afrocubanos.
Este tipo de relaciones del “el hombre como un todo” con otras entidades, son conocidas como “relaciones espirituales” y son la base de todas las religiones y de muchos sistemas terapéuticos como los del Rei ki, el Ebbó, la Rogación de Cabezas, entre otros.
Por otra parte las ingenierías son las ramas de la actividad humana que se dedican a la creación de sistemas útiles al hombre a partir del conocimiento científico. Por ejemplo, la Ingeniería Genética, se dedica a la creación de productos (como medicamentos o vacunas, o especies mejoradas de plantas o animales) a partir de los conocimientos de la Ciencias Genéticas.
De la misma manera la Ingeniería Metafísica es la actividad dedicada a la creación de sistemas a partir de los conocimientos de la Biofísica Holística III.
Hacia el año 2001 se postuló el concepto de una ingeniería metafísica y se comenzó a trabajar en hacer útiles en la practica los descubrimientos que se habían hecho durante esos años de investigaciones científicas en temas religiosos y espirituales.


Ciro Pedro A de Posse Y León
Portavoz.
Proyecto « Sol 2012 »
Por un Mundo Mejor
La Habana, 09:07 horas

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