¿Está Ernesto Borges esperando una libertad “gracias a Gómez”?
El Nuevo Herald publicó el viernes 9 de marzo la noticia de que el afamado preso político cubano Ernesto Borges Pérez depuso su huelga de hambre el martes 6 ‘luego de que el Cardenal Jaime Ortega (…) se comprometiera a discutir el caso con Castro’.
Sin embargo Ortega vistió a Borges el martes 28 de febrero, o sea, una semana antes de la deposición de la huelga.
¿Tendrá efecto retardado Borges que se dio cuenta a la semana de que podía confiar en la promesa del prelado?
Andrés Amian Gómez considera que esto no es creíble como causa de la decisión de Borges.
“Debe haber ocurrido algo más reciente y de mayor impacto porque cuando Ortega lo visitó, el no depuso la huelga, ¿por qué lo haría a la semana, solo por la misma causa?” Consideró Gómez.
Gómez alega que durante la semana del 27 al 3 recibió dos notificaciones de que la Seguridad del Estado estaba preparando una gran represión a las Damas de Blanco y los Opositores para el domingo 4.
El sábado 3, por inspiración de Dios, se comunicó con un agente de la Seguridad del Estado que le sirve de enlace y le planteó que necesitaba que se abstuvieran de hacer ninguna acción de hostigamiento porque necesitaba impostergablemente acudir a hacer varias consultas entre los opositores que estaban en la nómina del Cuerpo de Consejo del Partido Revolucionario Cubano “José Martí”.
Las consultas eran sobre el tema de la prevención de víctimas por un éxodo masivo desorganizado.
El domingo sobre las 8 de la mañana se le confirmó que su solicitud había sido aprobada, y se dirigió al Parque.
Al llegar allí se encontró a Raúl Borges como primer candidato a ser consultado, pero éste le dijo que no tenía cabeza para nada que no fuera la lucha por salvar a su hijo de la muerte.
“Le estoy pidiendo ayuda a todo el mundo y a ti también”, le dijo.
Gómez quiso que Borges le firmara una solicitud por escrito pero Borges se negó. Gómez quiso que le dejara una copia de un material publicitario sobre el tema, -para poder tomar bien los datos- pero Borges tampoco quiso.
Entonces Gómez le dijo: “Yo te voy a apoyar de todas maneras.”
El domingo por la noche, planteó a la Seguridad del Estado que él había asumido compromiso respecto al caso de Borges y que transmitía la solicitud como un asunto de su propio interés.
El lunes 5 de marzo preparó un alegato que envió a través del sitio http://www.cubadebate.cu/ y el cual solo pudo imprimir y presentar por escrito ante el Consejo de Estado el día 8 de marzo que fue cuando pudo entrar a la SINA gracias a que el Sr. Guillermo Arbella, Director de una Agencia de Periodismo Independiente, le regaló un par de zapatos para poder entrar a la SINA.
Gómez ha intercedido por dos presos en casos anteriores. Sin embargo, como su posición política es de negociación con el Gobierno de Castro, los opositores nunca le quieren dar crédito, ni reconocerle la utilidad de su propuesta política.
En los dos casos por los cuales él ha intercedido anteriormente el comportamiento del MININT ha sido el mismo. Dan señales de acuse de recibo de la solicitud, pero no la llevan hasta el final sino que someten el caso a un proceso de prueba.
¿Qué prueban? Lealtad, reconocimiento.
Para Castro el proyecto de Transición de Gómez (Movimiento por la Cuarta República
Castro no tranza ante las medidas de presión que con las que los opositores hacen su lucha de reclamos civiles.
Si Castro concede una libertad en atención a una solicitud de Gómez, y los beneficiarios no reconocen que Gómez intercedió por ellos, entonces dirán que no fue por la solicitud de Gómez que Castro cedió, sino por la presión de la oposición.
Por eso los dos casos anteriores están todavía en prisión, porque los procesos se detuvieron porque no quisieron reconocer la intercesión de Gómez.
Gómez ha dicho: “Puede ser que yo esté equivocado, pero si tengo razón en cómo estoy viendo el asunto, Borges está en la disyuntiva de reconocer que solicitó y aprecia mi mediación, o dejar a su hijo morir en la cárcel.”
Según Gómez, Borges podría apostar por la presión general, internacional. Pero esta existió en el caso de Zapata, en el Villar, e incluso en el de Soto García. Castro no es hombre de ceder ante presiones, sino ante negociaciones con reconocimiento.
Borges le ha atribuido la deposición de la huelga a la promesa de Ortega de discutir el caso con Castro. Pero Ortega no fijó fecha para la conversación y tampoco se corresponden las fechas de la visita y la deposición de la huelga, “algo sucedió, algo alguien le dijo a Ernesto que le hizo deponer la huelga”.
No se ha esclarecido qué fue. Podemos esperar. De cualquier manera esperemos que Borges no retome la huelga como ocurrió en el caso de Wilman Villar. ¿Apostará Borges la vida de su hijo?
Ciro Pedro A de Posse Y León
Vocero del JEDE
República de Las Antillas
Comments
Post a Comment