Solicitud 1/2016 Impugnación de compromiso de matrimonio de la Srta. Lucía Bertello por tener un noviazgo anterior no-disuelto con quien suscribe.
Reino Espiritual de Yave
Oficina del Jefe Espiritual de Estados
“Lázaro I Maximiliano”
Caso CU 225 7016
Solicitud 1/2016
Impugnación de compromiso de matrimonio de
la Srta. Lucía Bertello por tener un noviazgo anterior no-disuelto con quien
suscribe.
La Habana, 19 de abril de 2016
Cónsul de Refugiados
Embajada de EE.UU. en Cuba
CC: Srta. Lucía Bertello
Panamá
Estimado Sr. Cónsul,
Por
este medio solicito que, por favor, este Consulado concurra en mi
representación ante las autoridades que sea pertinente para comunicar mi impugnación
al compromiso de matrimonio que según el Excelentísimo Sr. Fortunato Bertello
la familia Bertello Chiavassa ha contraído para mi novia, la Srta. Lucía.
El Sr. Bertello (conocido como “Nato”) es el Director
Ejecutivo de Ventas B2C de la transnacional británica Cable and Wireless en Panamá, y su esposa Nora Chiavassa, es una activista
de la Iglesia Católica; ambos son graduados de la Universidad de Buenos Aires
en Argentina, en ciencias económicas, Contabilidad específicamente, creo, y
allí también nació mi novia, Lucía, y vivió hasta más o menos sus 10 años de
edad.
Yo conocí a Nora el 2001 en el Congreso
Latinoamericano de Probabilidades y Estadística Matemática (CLAPEM) auspiciado
ese año por la Facultad de Cibernética Matemática de la Universidad de La
Habana (UH).
En aquel momento la Dra. Leslie Yáñez, Decana de la
Facultad de Química de la UH, me había expulsado de aquella Facultad tras
descubrir que yo había creado en Internet una página con la intensión de
facilitar la comunicación entre los cubanos de Miami y la Isla, a saber, www.geocities.com/ALetter4Cuba.htm;
y me había circulado como “no confiable” pero yo había logrado insertarme en la
Dirección Nacional de Informática Jurídica del Ministerio de Justicia, y estaba
trabajando en el proyecto que podría la legislación cubana en manos de la
sociedad civil en el url www.gacetaoficial.cu
el cual salió al aire el 20 de mayo de 2002, centenario de la fundación de la
(segunda) República de Cuba, con la retirada de las tropas de EE.UU. al final
de la intervención militar de 1898-1902.
A mi me
impresionó la preparación profesional (era la más capaz de toda la delegación
argentina) y la ética cristiana (ella se presentaba -como mi madre- con el
nombre de su esposo) de la Profesora Chiavassa, (y esto no era más que parte de
un plan meticulosamente trazado por Yave).
Quedamos ligados
en una amistad que se alimentó por email y tiempo después, -tal vez en 2005-
Nora trajo a Nato a La Habana, para que nos conociéramos personalmente.
Nora leía a su
esposo y a sus hijos mis mensajes, y los discutían en familia, así que desde
los 8 años de edad, Lucía empezó a oir hablar de mi y a valorarme por la
valoración que se hacía en su casa del discursar de mi mente que evolucionaba
como político independiente en proceso de maduración.
En la casa de
Lucía se conocía más de mi que en mi barrio, o en la propia familia que
convivía conmigo. Porque mis ideas yo las escribía y las enviaba por email,
pero no las comentaba con la gente que tenía cerca.
También
expresaba yo la soledad y el aislamiento en el que me sentía rodeado de
personas acostumbradas a lo que yo llamo la “cultura cananea” mientras buscaba
de la cultura judeo-cristiana de la cual Nora y su familia era un símbolo para
mi.
El Encuentro Profetizado
Pero en 2008,
estando yo trabajando en la Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Miguel Enríquez” (solo
de contrato, sin que ellos conocieran mis antecedentes políticos) en un
registro oracular, Yave me anunció que ocurriría un evento trascendental en mi
vida porque conocería a alguien que la cambiaría.
Al día siguiente,
recibí un mensaje de Nora que me anunciaba que Nato volvía a La Habana, sin
ella pero con sus tres hijos (dos hembras y un varón), así que me dije: “O Nato
me propondrá un contrato de trabajo o alguna de esas muchachitas será mi
novia…”
Al ver a Lucía
regresando al lobby el hotel Riviera, su belleza me cautivó y noté que sus ojos
brillaban. Así que me dije: “De mi preferencia esta es pero debo esperar el
comportamiento de ellos para confirmarlo.”
En la mañana
siguiente pregunté a Yave si podía dejar de hacer una declaración a Lucía,
porque me sentía muy presionado por el poco tiempo (la visita era tres días y
dos noches), pero Dios me dijo que no podía, que Lucía era la mujer que él
había creado para mi, y que no tendría otra oportunidad.
Esa noche fuimos
a comer. Salimos del hotel, y Maru, la otra joven hablaba de sus estudios y de
su futura carrera profesional. Pero Lucía no se mostraba interesada en lo
profesional. Luego en un restaurant italiano en la Habana Vieja, Lucía se
esforzaba por atenderme y me dijo: “Queremos que te sientas en casa.”
Cuando salíamos
del restaurant Lucia era la penúltima y yo el último y le pregunté: “¿Si alguna
vez te hiciera un poema… me lo aceptarías?”
La respuesta de
Lucía fue: “¡Dame!” Mientras extendía su mano.
Entonces le di
la hoja doblada como postal. Al llegar al hotel me quedé con Nato y le dije:
“Le dí un poema a Lucía, quisiera que no me lo tomes a mal…”
También le
pregunté si podríamos ir a algún lugar a bailar, pero Nato lo desestimó
diciendo: “¿Y los niños? ¿Dónde dejamos a los niños?”
Al día
siguiente, ellos se retiraban, los esperé en el Lobby y bajaron ya listos para
viajar. Fortunato me preguntó por mi anterior esposa (me había divorciado en el
2003) por mis hijos y mi relación con ellos y luego me dejó “solo” con Lucía
(todos se alejaron un poco).
Entonces le
pregunté a Lucía si le había gustado el poema, dijo que sí. Le pregunté si
quería ser mi novia, y dijo que sí. (Yo no la besé ni la toqué si quiera).
Entonces le dije que me hacía el hombre más feliz del mundo y me respondió que
estaba contenta de hacerme feliz.
Conversamos unos
diez minutos más y llegó la hora de irse, y al montar en el taxi tampoco la
besé, solo le dije: “Que Dios te bendiga”, y ella respondió igual.
De regreso en Panamá
Cuando me vi sin
Lucía, como si hubiera sido un espejismo en el desierto, le escribí diciéndole
que no podía vivir sin ella.
Luego Nora me
escribió muy molesta diciéndome que había perturbado la razón de Lucía, porque
lo que he especulado en mi mente que ella pudo haberles exigido que o la
mandaran a Cuba o me llevaran a Panamá.
Yo le escribí
poemas, y cartas pero luego Nora me volvió a escribir cuestionándose mi pasión
y diciendo que Lucía no disfrutaba mis poemas ni mis cartas, que le habían
dejado decidir libremente si quería o no proseguir la relación y que ella no
quería.
Entonces yo les
pedí que Lucía me mandara un mensaje diciéndome que disolvía el noviazgo entre
nosotros, PERO LUCÍA NUNCA HIZO ESO.
Así que su madre
-ante este alegato- me escribió que debería tomar la ausencia de respuesta como
una negativa.
Tras el fin de mi campaña en la Ciberguerra
Ante la
Administración Obama en 2008, había dos opciones divergentes para resolver el
problema con Cuba:
·
El diálogo diplomático (como
terminó ocurriendo), o
·
El ataque con aviones no
tripulados (drones) y la entrega de armas a la oposición interna para que
hiciera una guerra civil como ocurre en Ucrania y Siria aún.
Yo estaba
involucrado en ese asunto y todos lo sabíamos.
Había presentado
el 10 de marzo mi proyecto político ante el Consejo de Estado, y les decía que
al Estado cubano le gustaba mi Proyecto político.
Lucía me
preguntó en el restaurant: “¿Y por qué crees tú que a ellos les gusta tu
propuesta?”
La decisión de
qué haría el Gobierno de EE.UU. con el caso de Cuba (al igual que con los otros
casos: Tunes, Egipto, Libia, Siria, Ucrania) se decidía en las Redes Sociales
de Internet, por eso era una “Ciberguerra”.
Desde que Lucía
regresó a lugar seguro, en Panamá, hubo al menos 5 opositores muertos en Cuba:
Orlando Zapata (2010), “El Estudiante” (2011), Laura Pollán (2011), Oswaldo
Payá (2012), Harol Cepero (2012).
Yo puede haber
estado en esa lista.
Estuve inmerso
en ciberguerra entre enero de 2011 y diciembre de 2014, pero sobreviví,
¡Gracias a Dios!
Ya EE.UU.
decidió que para el caso Cuba el camino es el diálogo político y diplomático y
no el ataque con drones. La Ciberguerra, terminó para Cuba. El peligro ya pasó.
Ahora soy un veterano.
¿Es justo
que mi novia –¡que no se casó en todo este tiempo!- se case con alguien más,
ahora, justo a mi regreso de la ciberguerra?
Concurro
mediante el presente escrito e ¡IMPUGNO!
el noviazgo que Lucía tiene con alguien más, alegando
que ella es mi novia desde 2008 porque:
Primero.:
Lucía nunca disolvió nuestro
noviazgo y por lo tanto aún es mi novia, según la palabra que ella me dio en
persona;
Segundo.:
Yo nunca renuncié a mi relación
con Lucía, sino que durante todos estos años escribí siempre a sus padres
ratificando mi interés en ella (independientemente de cual fuera mi condición
de en el momento y siempre les confesé todo, aún aquello que me hiciera
cuestionable ante sus ojos);
Tercero.:
Nunca asumí otro compromiso de
matrimonio con efecto legal;
Cuarto.:
Ni ella ni yo hemos contraído
otro matrimonio en todo este tiempo;
Quinto.:
Ambas partes somos excusables
de haber diferido la concreción de nuestra relación por –al menos- dos razones:
a) Mi condición de campaña política ponía en riesgo mi vida y hacia
peligrosa su estancia en Cuba, durante todo este tiempo ya que no se sabía que
rumbo podría tomar el conflicto Cuba-EE.UU.;
b) Por la misma razón, yo no podía acudir a Panamá a cumplir con mis
deberes conyugales y darle el cariño y la atención que ella me inspira y merece.
Por todo lo anterior, y como el Consulado de
Refugiados de EE.UU. me inscribió y me ha brindado tan magníficos servicios,
como fue el caso de la coordinación de la visita del Papa Francisco a La
Habana, para ungir mi condición de Garante de los Derecho Humanos en Cuba y la
CELAC, solicito ahora al Gobierno de los EE.UU., a través de este consulado,
que me brinden este sensible servicio que siempre reconoceré y agradeceré.
Yo sé que la
Declaración Universal de los Derechos Humanos prohíbe que alguien sea obligado
a contraer matrimonio contra su voluntad.
Yo no quiero
obligar a Lucía a casarse conmigo, ni que nadie la obligue en mi lugar. Pero
siempre me he preguntado por qué Lucía no ha hecho un acto san sencillo como
enviarme un Email., disolviendo nuestro
noviazgo y la única respuesta que encuentro es PORQUE NO QUIERE.
Pero Lucía está
sometida a presiones de tipo psicológico, social, económico.
Es sabido que no
tengo recursos económicos para mantenerla ahora mismo, y además de que había
peligro en Cuba durante todos estos años.
Además, para sus
padres yo puede ser alguien interesante o curioso y nada más, pero para ella,
que conoció a ese “alguien interesante” en las tertulias familiares de su
pubertad, yo tendría un significado diferente: sicológica, psíquica,
emocionalmente.
Un significado
que explique por qué los ojos le brillaron a los 15 años cuando me vio en el
Hotel Riviera aquella noche, y porqué ni lo dudó en pedirme que le diera el
poema que de alguna manera ella sabía que ya había escrito aunque yo solo
pregunté por su reacción ante un eventual hecho futuro.
Yo no pido que
ella se case conmigo obligatoriamente. Solo pido que sea liberada de presiones,
asistida con equilibrio para que analice y resuelva esta cuestión en su corazón
que ahora mismo está confuso porque seguramente fue ella quien le pidió a su papá
que me escribiera el día 15 de abril, -en las primeras 24 horas de su derecho según
la resolución 9/2016- presentando la excusa de que tenía otra relación.
¡Está pidiendo
ayuda! Si no le interesara no habría dado señal alguna de vida.
Mediante la Resolución
11/2016[1] yo
asumí la representación social de Lucía para asistirla en la toma de decisión
frente a las dos propuestas de matrimonio que tiene delante de sí, tras demostrar
que ella no está siendo asistida por su Padre en interés a su mejor conveniencia.
Por este medio,
solicito al Cónsul de Refugiados de la Embajada de EE.UU., que me represente en
la impugnación de este compromiso de matrimonio ante la República de Panamá, la
República Argentina y la Iglesia Católica, hasta tanto no se resuelva la cuestión
de nuestro noviazgo.
Sin otro
particular, ruego de usted que acepte la expresión de mi más profunda gratitud.
Andrés Amian
Gómez Soria
CI 71022325625
Bernardo Posse
No. 20305 esq. 3ra La Rosalía SMP CH 11000 La Habana, Cuba
[1] Resolución 11/2016 Representación de Lucía Bertello… Disponible en: http://lanuevapatria.blogspot.com/2016/04/resolucion-112016-representacion.html
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